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Nuestro entorno construido y los espacios públicos deben diseñarse para mejorar nuestra calidad de vida, satisfaciendo las necesidades físicas, sociales y económicas de los usuarios, al mismo tiempo que ofrecen un lugar seguro para vivir, trabajar y disfrutar. Esto se puede lograr creando barrios habitables mediante la adopción de los principios fundamentales de la prevención de delitos a través del diseño ambiental (CPTED, por sus siglas en inglés).
Los delitos contra las personas y la propiedad ocurren frecuentemente en los entornos urbanos. Dado que más de la mitad de la población mundial ya vive en zonas urbanas (y se proyecta que esta cifra aumente al 60% para 2030), es imprescindible seguir trabajando para que nuestras ciudades y barrios sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles (conforme al Objetivo de Desarrollo Sostenible N.º 11 de las Naciones Unidas).
La teoría fundamental del CPTED sostiene que el diseño adecuado y el uso efectivo del entorno construido pueden reducir tanto el miedo como la incidencia del delito, y mejorar la calidad de vida.
Como respuesta a la prevención del delito, especialmente la violencia personal y los delitos contra la propiedad, podríamos hacer que nuestras ciudades, barrios y edificios sean inexpugnables, encerrando todo y a todos tras barreras de seguridad como muros, cercas, bolardos y cámaras de vigilancia con guardias. Aunque esto puede ofrecer cierta protección, no contribuirá a la habitabilidad de nuestras comunidades ni sociedades, y en última instancia, deteriorará nuestra calidad de vida. Aunque cada una de estas medidas de seguridad tiene su aplicación adecuada, sin duda una mejor planificación puede ofrecer alternativas.
¿Cómo mejoramos nuestra seguridad en los espacios públicos, comunidades y barrios?
Nuestros entornos construidos deberían, desde su diseño, aumentar la calidad de vida haciendo que los barrios sean saludables; gratificantes a nivel social y personal; y, en última instancia, seguros. El entorno construido debe proporcionarnos espacios seguros, atractivos y funcionales para vivir, trabajar y disfrutar, sin tener que recurrir a medidas regresivas de endurecimiento de objetivos.
La aplicación de los principios CPTED al entorno construido y los espacios públicos, cuando se realiza correctamente mediante un proceso participativo de abajo hacia arriba —en lugar de uno jerárquico de arriba hacia abajo—, puede mejorar en gran medida la seguridad de la comunidad.
El diseño de nuestras ciudades, pueblos y barrios desempeña un papel central en cómo se configuran y mantienen los espacios públicos interconectados. El CPTED puede ayudar a garantizar que las personas puedan moverse con facilidad, sentirse seguras, orientarse y participar en actividades deseadas, incorporando elementos de diseño que desalienten actividades o comportamientos no deseados y antisociales.
¿Qué es el CPTED?
El CPTED es un proceso para analizar y evaluar los riesgos delictivos, con el fin de orientar el diseño, la gestión y el uso del entorno construido, para reducir tanto el crimen como el miedo al crimen, y fomentar la salud pública, la sostenibilidad y la calidad de vida.
El CPTED, que se basa en la psicología ambiental y del comportamiento, utiliza principios de diseño y gestión del espacio para influir positivamente en el comportamiento humano mediante un uso eficaz del entorno, que puede conllevar una disminución del miedo y de los delitos, así como una mejora de la calidad de vida.
El diseño y uso apropiado de un entorno determinado debe apoyar los comportamientos deseados, mejorar su funcionalidad prevista, reducir comportamientos no deseados y disminuir las oportunidades de delinquir.
El uso del CPTED está respaldado por las Naciones Unidas y por gobiernos de todo el mundo, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Europa, Sudamérica, Sudáfrica y partes de Asia. En consecuencia, existe una amplia gama de directrices y normativas que incorporan el CPTED como parte de los códigos y estándares.
Enfoque de CPTED de primera generación
La primera generación de CPTED, utilizada desde principios de los años 70, busca “diseñar fuera” las oportunidades y vulnerabilidades al delito e “incorporar” elementos de reducción del riesgo a través de siete principios clave:
- Territorialidad: Establecer límites claros y un sentido de propiedad sobre el espacio, lo cual lo hace menos atractivo para los delincuentes.
- Vigilancia: Aumentar la visibilidad y las oportunidades de vigilancia natural mediante el diseño y la activación del espacio.
- Gestión de la imagen: Mantener una apariencia cuidada y ordenada, lo que indica que el espacio es valorado y supervisado.
- Control de accesos: Limitar los puntos de entrada y salida, creando un entorno controlado que dificulta la actuación delictiva sin ser detectado.
- Apoyo a actividades legítimas: Fomentar actividades y usuarios legítimos, generando un entorno activo y reduciendo las oportunidades delictivas.
- Endurecimiento de objetivos: Hacer que los objetivos potenciales sean más difíciles de alcanzar o dañar (por ejemplo, cerraduras mejoradas o sistemas de seguridad).
- Yuxtaposición geográfica: Considerar el entorno circundante y su impacto potencial en los patrones delictivos.

Enfoque de CPTED de segunda generación
La segunda generación de CPTED, desarrollada entre finales de los 90 y principios de los 2000, amplía las estrategias preventivas al entorno social y relacional dentro del vecindario.
A diferencia del CPTED de primera generación, centrado en reducir las oportunidades de crimen mediante modificaciones físicas, la segunda generación considera la ecología social y la salud del vecindario tanto causas como soluciones del delito.
Mientras que las modificaciones físicas tienen un efecto a corto plazo, las estrategias sociales buscan fomentar un sentido de comunidad y cohesión social a largo plazo.
Los cuatro conceptos clave del CPTED de segunda generación son:
- Cohesión social: Fomentar un entorno de respeto mutuo entre personas y grupos. Una comunidad cohesionada valora la diversidad, comparte una visión común y sentido de pertenencia, y promueve relaciones positivas entre personas de distintos orígenes.
- Cultura comunitaria: Se da cuando los residentes comparten un sentido de lugar. Se manifiesta en la organización y participación en festivales, eventos culturales, clubes juveniles y conmemoraciones locales. Una comunidad con fuerte identidad puede promover comportamientos positivos, incluyendo la auto-vigilancia vecinal.
- Conectividad: Crear vínculos dentro de la comunidad y con entidades gubernamentales y no gubernamentales. Una comunidad bien conectada e integrada puede tener un mayor sentido de pertenencia y auto-organización para desalentar el delito.
- Capacidad de umbral: Los barrios pueden verse como ecosistemas con una capacidad limitada para ciertas actividades. Reconocer y gestionar esta capacidad es clave para preservar el equilibrio. Cuando la densidad o tamaño del desarrollo genera anonimato, se supera el umbral y puede aumentar el crimen y el miedo.

Resumen
A nivel global, el CPTED es una estrategia de prevención del delito cada vez más adoptada, con respaldo de gobiernos en Europa, América del Norte, Oceanía, Asia y África.
Sener aplica los principios del CPTED como parte de un enfoque integral, preventivo y basado en riesgos para la seguridad, ayudando a proteger a sus clientes, sus bienes y su información frente a delitos, terrorismo y espionaje.
Sener asegura que la seguridad sea una consideración central durante la planificación, selección, diseño y modificación de proyectos, especialmente en espacios públicos, sitios e instalaciones, con el objetivo de “diseñar fuera” las oportunidades delictivas e “incorporar” elementos que reduzcan el riesgo.
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Chris Nunn
Chris es consultor de seguridad en Sener y consultor acreditado por el SCEC (Security Construction and Equipment Committee) de Australia. Chris cuenta con más de 17 años de experiencia en diseño y especificación de sistemas de seguridad electrónica, soluciones de seguridad física, gestión de riesgos de seguridad, estrategias antiterroristas, prevención del delito mediante el diseño ambiental (CPTED), y servicios de consultoría y asesoramiento en gestión de seguridad. Chris cuenta con una amplia experiencia en proyectos en Australia, el sudeste asiático y Oriente Medio, en sectores como transporte, gobierno y defensa, infraestructuras críticas, comercio, telecomunicaciones, deporte y entretenimiento, arte y cultura, educación, energía y salud.